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El Cónsul General Wang Jialei publica en Los Tiempos una columna titulada "Quienes jueguen con fuego se quemarán"
2022-08-09 21:27

El 9 de agosto, el Cónsul General Wang Jialei publicó en Los Tiempos un artículo de opinión bajo el título "Quienes jueguen con fuego se quemarán". A continuación el texto completo de la nota:

Hace unos días, la presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitó la región china de Taiwán haciendo caso omiso a la firme oposición de China. Esta medida violó gravemente la soberanía y los compromisos de EE.UU., interfirió gravemente en los asuntos internos de China y puso en gran peligro la paz y la estabilidad del Estrecho de Taiwán, lo que ha despertado una fuerte indignación entre los 1.400 millones de chinos y una oposición generalizada por parte de la comunidad internacional.

En esencia, la cuestión de Taiwán no es un problema de democracia, como algunos suponen, sino un importante problema que atañe a la soberanía y la integridad territorial de China. Taiwán ha sido una parte inalienable del territorio chino desde hace 1.800 años  y el gobierno de la República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a toda China. Esto fue ratificado explícitamente por la resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU en 1971. Un total de 181 países estableció relaciones diplomáticas con China sobre la base del principio de una sola China, el cual se ha convertido en un consenso general de la comunidad internacional y la norma básica para las relaciones internacionales. Después de la visita de Nancy Pelosi a Taiwán, más de 160 países han condenado su visita y la han visto como una provocación grave, imprudente e irresponsable. El secretario General de la ONU, António Guterres, enfatizó claramente que la ONU continuará adhiriéndose a la Resolución 2758 de la AGNU.

Como ya hemos mencionado, el principio de una sola China es la base política para las relaciones de China con otros países. En 1979, EE.UU. se comprometió en el comunicado conjunto sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas con China en los siguientes términos: “Estados Unidos de América reconoce al gobierno de la República Popular China como el único gobierno legal de China. Dentro de este alcance, el pueblo estadounidense mantendrá relaciones culturales, comerciales y otras relaciones no oficiales con el pueblo de Taiwán”. Sin embargo, a objeto de realizar la intención de “utilizar a Taiwán para contener a China”, EE.UU. ha distorsionado y vaciado continuamente el principio de una sola China, fortaleciendo así los intercambios “oficiales” con Taiwán y apoyando actividades separatistas. Es más, tan sólo en el último año y medio EE.UU. vendió a Taiwán cinco veces más armas avanzadas. Como líder del Congreso de los EEUU, la visita de Nancy Pelosi a Taiwán, por cualquier motivo y en cualquier forma, es una grave provocación política hacia China, que pretende intensificar los intercambios “oficiales” entre Washington y Taipei. Los hechos han demostrado, una vez más, que algunos políticos estadounidenses se han convertido en “alborotadores” de las relaciones chino-estadounidenses, y que EE.UU. se ha transformado en el “mayor destructor” de la paz en el estrecho de Taiwán y la estabilidad regional.

Taiwán nunca ha sido un país y ambos lados del Estrecho de Taiwán pertenecen a la misma nación. Este es el statu quo de Taiwán desde la antigüedad. No es China la que socava este statu quo, sino EE.UU. y las fuerzas separatistas de Taiwán. Fue EE.UU. el que hizo primero tal provocación maliciosa, la que luego fue respondida por China en legítima defensa. Las contramedidas de China son una advertencia necesaria para los provocadores y una defensa legítima de la soberanía y la seguridad nacionales.

La China actual ya no es la China de hace 120 años y tampoco es Iraq, Siria ni Afganistán. La intención estadounidense de “utilizar a Taiwán para contener a China” es sólo una fantasía, no podrá detener la tendencia histórica del retorno de Taiwán a la patria y el proceso histórico de la gran revitalización de la nación china. La intención de las fuerzas separatistas de Taiwán, de “buscar la independencia apoyándose en los EEUU”, no es más que una ilusión, por lo que está condenada al fracaso. 

La visita de Nancy Pelosi a Taiwán en realidad se convirtió en una farsa, disparándose a sí misma en el pie, ya que consolidó el consenso de la comunidad internacional sobre el principio de una sola China e incentivó al pueblo chino a unirse, afianzando su voluntad y determinación de realizar la reunificación de la patria y acelerar la construcción de un país socialista moderno.

Para sus Amigos:   
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